La Inspección Técnica del Edificio (ITE) tiene carácter obligatorio y debe ser pasada por toda clase de edificaciones, independientemente del uso que tengan.
La normativa establece unos plazos de presentación en función de su antigüedad.
Se trata de una inspección de evaluación del estado del edificio, en la que se comprueba el estado de conservación de la estructura y cimentación, las fachadas, la cubierta y las redes generales de suministro de agua y saneamiento, así como la accesibilidad y la eficiencia energética del edificio.
Después se redacta un informe, reflejando las posibles deficiencias encontradas y las actuaciones de subsanación necesarias.
